ABEJA BLANCA ZUMBAS…
Abeja blanca zumbas, ebria de miel, en mi alma
Y te tuerces en lentas espirales de humo.
Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
El que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo.
Ultima amarra, cruje en ti mi ansiedad ultima.
En mi tierra desierta eres la ultima rosa.
Ah silenciosa!
Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche.
Ah desnuda tu cuerpo de estatua temerosa.
Tienes ojos profundos donde la noche alea.
Frescos brazos de flor y regazo de rosa.
Se parecen tus senos a los caracoles blancos.
Ha venido a dormirse en tu vientre
una mariposa sombra.
Ah silenciosa!
He aquí la soledad de donde estas ausente.
Llueve el viento del mar caza errantes gaviotas.
El agua anda descalza por las calles mojadas.
De aquel árbol se quejan, como enfermos, las hojas.
Abeja blanca, ausente, aun zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.
Ah silenciosa!
CUERPO DE MUJER
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
Te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
Y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mi huían los pájaros,
Y en mi la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forje como un arma,
Como una flecha en mi arco,
Como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah, los vasos del pecho! ¡Ah, los ojos de ausencia!
¡Ah, las rosas del pubis! ¡Ah, tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía; persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin limite, mi camino indeciso!
Oscuro causes donde la sed eterna sigue,
Y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
Pablo Neruda

PARA MI CORAZÒN…
Para mi corazón basta tu pecho,
Para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegara hasta el cielo
Lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el roció a las corolas.
socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
Como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
Pájaros que dormían en tu alma.
Pablo Neruda (1904-1973), seudónimo, después nombre legal, de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, poeta chileno considerado una de las máximas figuras de la poesía escrita en lengua española durante el siglo XX, galardonado con el Premio Nobel.
ME GUSTA CUANDO CAYAS
Me gusta cuando callas porque estas como ausente,
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
Y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
Y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estas como distante.
Y estas como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
Claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estas como ausente.
Distante y dolorosa como si hubiera muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
AQUÍ TE AMO
Aquí te amo,
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes,
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras,
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso,
A veces una vela, altas, altas, estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco,
y hasta mi alma esta húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aun entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
Que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son mas tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútil mente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estas tu tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas mas grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
Quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.